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Cuidar de Nosotros Mismos Mientras Cuidamos a Otros

Written by Karen Badger, PhD, MSW on May 18, 2021

Self-Care / Self-Compassion
Depression + Anxiety
Sleep

¿Qué es la Fatiga por Compasión?

El Dr. Charles Figley, especialista en traumas y director del Instituto de Traumatología de la Universidad Estatal de Florida, llama a la fatiga por compasión el "costo por la atención" que pueden sentir quienes apoyan a otras personas durante la tragedia y el trauma. A veces, la fatiga por compasión también se denomina "estrés traumático secundario", ya que sus síntomas se desarrollan por la exposición al trauma, el factor estresante o el sufrimiento de otra persona, en lugar del propio.

Las siguientes situaciones ilustran ejemplos de fatiga por compasión:

  1. Una enfermera termina un turno de 12 horas -el tercero de esa semana- para descubrir que es incapaz de olvidar la imagen de un niño pequeño luchando durante un cambio de vendajes de dos horas, incluso cuando cierra los ojos para dormir o intenta distraerse con otras actividades a lo largo del día.

  2. El cuidador de un familiar que sufrió quemaduras graves en un accidente automovilístico se esfuerza por olvidar las imágenes que tiene en su mente sobre el accidente. Revive la escena del accidente y la visita a la sala de urgencias que rápidamente se convirtió en una larga estancia en el hospital.

  3. Al final de una semana muy difícil, una trabajadora social comparte con sus colegas un sueño que tuvo la noche anterior. En él, los familiares de un paciente con quemaduras mortales la invadían. Cuando intenta anotar sus nombres, su bolígrafo escribe con sangre, no con tinta, y se siente inadecuada, e incapaz de ayudarles.

Cuando el Cuidador se Pierde de Vista a sí Mismo

Ayudar a los demás a curarse del dolor y el sufrimiento profundos requiere compasión, empatía y cariño. Esta conexión emocional y afectiva que establecemos con los demás puede hacernos vulnerables a sentir angustia en nuestro interior. Los ayudantes profesionales y los cuidadores familiares de quienes han experimentado un trauma o un sufrimiento pueden desarrollar síntomas similares al trastorno de estrés postraumático, con síntomas que incluyen:

  • Irritabilidad

  • Insomnio

  • Recuerdos intrusivos

  • Sentimientos de agobio

  • Depresión

  • Sensaciónes de ansiedad

Si nos perdemos de vista a nosotros mismos y nuestras propias necesidades, descuidándonos mientras nos dedicamos a ayudar a los demás, podemos comprometer nuestra propia salud. Aunque el riesgo de la fatiga por compasión es inherente a la ayuda a otras personas que han experimentado un trauma, los expertos y la investigación en este ámbito ofrecen algunas recomendaciones para gestionar las exigencias del trabajo y, al mismo tiempo, protegernos.

Practicar el Autocuidado

Cuando era gerente de un gran hospital, recibí una llamada de una enfermera que me dijo que un miembro del personal de mi departamento se había desmayado. Había estado trabajando con algunos pacientes muy angustiados, trabajando durante el desayuno y el almuerzo. Tras desmayarse, no pudo volver al trabajo durante el resto del día y no pudo atender a sus pacientes como hubiera querido.

Es una persona muy dedicada, motivada y compasiva que antepuso el bienestar de otros a su propia persona. Su experiencia subraya la importancia de atender nuestras necesidades básicas cuando trabajamos con otras personas, incluso cuando no sea nuestro objetivo natural.

Establecer Límites Emocionales

Cuidar de las personas que se están curando de un trauma requiere empatía e implicación emocional por parte del cuidador. Estas cualidades son las que hacen que estas alianzas sean tan solidarias y poderosas, pero también pueden servir para descentrarnos si nos involucramos demasiado.

Es necesario establecer límites entre nosotros y las personas a las que ayudamos para no cargar con su dolor y sus experiencias como propias. Esto puede ser difícil de hacer, especialmente cuando se pasa mucho tiempo juntos o cuando ya existe una relación profunda, como la que existe entre los miembros de una familia.

El reto consiste en mantener una conexión compasiva sin dejar de recordar que cada uno de nosotros es una persona diferente (y separada). Esta conciencia puede ayudar a mantener el espacio que existe entre el ayudante y la persona que recibe la ayuda.

Cuando pienso en la necesidad de establecer límites emocionales o de separación, me viene a la mente el dicho "Camina una milla en mis zapatos". La palabra clave aquí es milla. Tenemos que caminar lo suficiente en los zapatos de la otra persona para entender por lo que está pasando, pero luego devolver esos zapatos para que esa persona pueda continuar su propio viaje y nosotros podamos funcionar en nuestro papel.

Construir y Utilizar una Red de Apoyo

El apoyo social se cita con frecuencia en la literatura como una ayuda para minimizar las reacciones de estrés, como la fatiga por compasión en los cuidadores. Tanto una red de apoyo social positiva como una red de apoyo laboral pueden servir como línea de vida para navegar por períodos de trabajo muy estresantes.

El apoyo social puede provenir de la familia o de los amigos, pero las personas a las que acudimos en busca de apoyo deben ser útiles y energizantes para nosotros, en lugar de agotadoras. Puede resultar tentador no recurrir a los propios sistemas de apoyo cuando se siente falta de tiempo o energía, pero hacerlo puede ser justo lo que se necesita para ayudar a restablecer el equilibrio.

Reducir el Estrés Laboral

Las investigaciones han demostrado una fuerte conexión entre el estrés laboral elevado y los niveles de fatiga por compasión, el malestar psicológico y los síntomas de estrés postraumático. Regehr y sus colegas autores han sugerido que el estrés laboral puede agotar nuestra energía y resistencia, haciéndonos aún más vulnerables a las reacciones de estrés que pueden desarrollarse en respuesta a la exposición secundaria al trauma.

En el caso de los ayudantes profesionales, el estrés laboral puede abordarse variando las condiciones del entorno de trabajo y evaluando el volumen de pacientes, la agudeza y realizando ajustes cuando sea posible para crear variedad o equilibrio. Tenemos que darnos permiso para tomarnos un día libre de vez en cuando y reconocer que no siempre tenemos que hacerlo todo.

También es importante desarrollar una cultura organizativa que normalice el dolor y otras reacciones que podamos experimentar al trabajar con quienes han sufrido un trauma, en lugar de concluir que tales reacciones son un signo de debilidad individual o de incapacidad para hacer el trabajo. Cultivar este tipo de ambiente de trabajo puede ser de especial ayuda para aclimatar al nuevo personal, así como para retener y nutrir al personal existente.

Para los cuidadores familiares y amigos, puede ser útil aceptar ofertas de ayuda con responsabilidades que otros puedan asumir por usted, así como priorizar sus responsabilidades y esforzarse con su familia para crear un entorno de vida lo más propicio posible. Su hogar debe ser una fuente de energía y no de agotamiento. En general, nos ayuda a todos a conocer los recursos de apoyo (asesoramiento, grupos y servicios de apoyo, etc.) y a utilizarlos, ya que necesitamos minimizar los efectos del estrés laboral general.

Utilizar Medidas de Afrontamiento Activas

Cada uno de nosotros tiene sus formas habituales de afrontar el estrés o las situaciones difíciles. La forma que elegimos para afrontarlo parece marcar la diferencia en la gestión de nuestro estrés. Los investigadores Schauben y Frazier descubrieron que las personas que utilizaban medidas de afrontamiento "activas" presentaban menos síntomas de fatiga por compasión.

Entre las medidas de afrontamiento activas se encuentran el humor, el apoyo social, y el hacerse cargo y planificar el tiempo y la agenda. Otros investigadores han advertido sobre los mecanismos de afrontamiento negativos o de evitación, como el uso de sustancias, el alejamiento de los demás y de las actividades, o los actos de agresión, ya que han descubierto que están asociados a los síntomas de trauma y al malestar psicológico en los profesionales de la ayuda.

Desarrollar y Utilizar la Autoconciencia

Abordar eficazmente el impacto del trauma secundario requiere que estemos en sintonía con nuestra propia experiencia y que seamos conscientes de nosotros mismos. Necesitamos desarrollar un "ojo observador" con el que podamos notar nuestras interacciones con los demás, nuestros pensamientos y sentimientos, así como nuestro nivel de estrés general a lo largo del día. La autoconciencia es una poderosa herramienta para detectar cuándo necesitamos prestarnos más atención. Se puede desarrollar la autoconciencia mediante:

  • Escribir un diario

  • Leyendo

  • Discusión con otras personas

  • Actividades de apoyo

  • Asesoramiento

  • Ejercicios de concienciación

  • Actividades espirituales

  • Meditación u otros esfuerzos de reflexión.

  • Cultivar la autoconciencia puede parecer mucho trabajo, pero la capacidad de hacerlo puede ayudarnos a

Mantener el Equilibrio

Gestionar el impacto de la exposición al trauma de otros requiere un compromiso diario y continuo con nuestro propio bienestar. Cuando el tiempo es escaso, las necesidades son grandes y estamos centrados en los demás, puede resultar difícil dedicar tiempo a nosotros mismos para reponer fuerzas. A veces, el pensar en dedicar tiempo a nosotros mismos puede parecer incluso egoísta. Sin embargo, nuestra agenda semanal debe contener tiempo para descansar, jugar, pensar y conectar con los demás para nuestro propio bienestar.

Mantener un equilibrio en nuestras vidas puede ayudarnos a sentirnos seguros y a evitar que nos agotemos por atender a los demás. Asumir y respetar este compromiso con nosotros mismos puede ayudarnos a abordar nuestro trabajo con una perspectiva diferente y renovada. Cuidar de nosotros mismos mientras cuidamos de los demás puede ayudar a proteger nuestros valores personales que activamente apoyan la atención de alta calidad de nuestros pacientes y familiares: nuestra compasión, dedicación, cuidado y empatía.


Karen Badger, PhD, MSW, es profesora adjunta y directora de estudios de pregrado en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Kentucky, Lexington, Kentucky. Fue co-presentadora de "Compassion Fatigue for Professionals", una sesión de trabajo, en el Congreso Mundial de Quemaduras de 2007.